Kimpala, un jefe keniata de la tribu del Cogollo tenía una joven mujer de 19 años, y otra de 46.
La joven, se acostaba con él por las noches. Se movía como una tigresa en celo, lo besaba, lo mordía, se entregaba con pasión. Se llamaba Lindera y era de una tribu cerca del poblado, con el que Kimpala traficaba con ganado y productos del campo.
Lindera era guapa y tenía la fuerza de la juventud que todavía no ha sufrido la perdida de sus seres más queridos.
Kimpala la quería, la adoraba, le atraía......
Rumbayá, la mujer de más edad era más serena y en las noches en las que Kimpala no se acostaba con Lindera, iba a su choza, y dormían abrazados hasta que el alba los despertaba.
Rumbayá tenía cinco hijos, y ya su cuerpo no era como cuando un día Kimpala le dijo que sería su mujer; pero Rumbayá amaba a su marido, lo acariciaba cuando éste tenía fiebre y lo cuidaba cuando cansado de la caza, con sus guerreros, volvía al poblado.
Un día el brujo Zumbagio le dijo que para salvar al poblado de la destrucción de los dioses, éstos le habían pedido el sacrificio de una de sus dos mujeres. Kimpala, no lo pensó ni un momento..... entregó a la joven al brujo y abrazó esa noche más fuerte a la vieja Rumbayá.
Evidentemente, como todas las historias con moraleja, tiene dos lecturas; yo me quedo con ésta: con la mujer mayor se garantizaba una vejez en compañía y recibiendo los mejores cuidados.
ResponderEliminarabrazos :)
Guau Maria!!Que lindo,que ternura!!!
ResponderEliminarEl cariño,el amor al final gana a la pasión eso es lo que he visto en este bonito relato.
Gracias por compartirlo ha sido precioso.
Mil besazos preciosa;)
Fiel exponente donde siempre gana el amor y no la efímera pasión.
ResponderEliminarUn saludo
Menuda historia... Pero lo que más me gusta del final es esta frase: "...y abrazó esa noche más fuerte a la vieja Rumbayá" y todo lo que encierra... Lloro por otra en tus brazos porque en los de ella no podría llorar por ti?? Porque en los de ella no podría llorar? Porque en los de ella no sería capaz de llorarte?... No lo sé...
ResponderEliminarSé que existe, es tan vieja como el mundo pero aún no conseguí entender esta dualidad que parecen vivir con naturalidad algunos seres...
Abrazo inmenso y nocturno María,
Mar!
P.D.: no sé por qué, pero venir aquí es encontrar algo siempre, es como si ésta tu casa estuviera viva... Miro a mi alrededor y hay tanto silencio en el resto... Buenas noches...
Muy buena leyenda, pero en la realidad seguro se quedaba con la jóven jaja! Besos tía Elsa.
ResponderEliminarCuando Javier iba escribiendo esta historia, me la iba leyendo...
ResponderEliminarQuién me iba a decir que, 8 años después, la vería en tu blog...
Curioso...
Pues yo habría entregado al brujo a la cólera de los dioses.
ResponderEliminarbesos
Ya la leí en su blog.
ResponderEliminarEs un relato magnífico.
Besos.
Uh, que final tan triste... Queda uno desolado...
ResponderEliminarUn abrazo, amiga
El relato es una obra de arte, precioso y muy bien escrito. No sé, para mí Kimpala no quiere a ninguna de las dos porque cuando quieres a alguien le ves hermoso y sientes pasión sea viejo o no. Tus sentidos no funcionan, siempre es alguien hermoso y no te hace falta buscar sexo en otra parte. Besos María.
ResponderEliminarSiento decir que es un claro caso de un hombre que no ama a las mujeres. Solo se ama así mismo y lo que le hacen sentir. Que bonito tener un cuerpo joven con el que desatar la pasión y otro viejo con la sabiduría de los años de experiencia para que lo cuide y lo ame.
ResponderEliminarNinguna mujer en el mundo tendría que permitir esto. Pero en zonas subdesarrolladas y analfabetas es bastante fácil que se aprovechen de ellas.
Un beso.
Una bella historia.
ResponderEliminarBesos, María.
El mejor final sería el sacrificio del brujo por machista, que es eso de quemar mujeres!.
ResponderEliminarSe puede tener pasión no exenta de ternura a cualquier edad y más si la pareja nos motiva a ello.
Abrazo y saludos afectuosos!
Como dice MARILUZGH, tiene dos lecturas, una más dulce y otra más amarga. La amarga es que Kimbaya es un poco interesado y egoísta y que "los dioses deben estar locos" para pedir el sacrificio de unas de las dos mujeres. Con dioses así, no hacen falta demonios.
ResponderEliminarY la dulce es que la ternura prima sobre la pasión, que la primera perdura y la segunda es más pasajera, que el amor y paciencia de Rumbayá tuvieron su recompensa.
Un beso
Una bellisima historia pero que en esta epoca pocas vamos poquisimas es asi, que se quede con la mas mayor, hay personas que buscan pasiones carnales que le satisfagan en contra de una estabilidad y madurez garantizada por una persona de mayor de edad.
ResponderEliminarPrimavera
Hola: en los tiempos de hoy, tambien en nuestro pais hay gente asi, sale y se divierte con la jovencita, pero al final, con quien estan es con la madre de sus hijos.........
ResponderEliminarYO LA VERDAD NI EN ESE PAIS NI EN ESTE CREO QUE SE DEBIA CONSENTIR.
YO DESDE LUEGO COMPARTO MUCHAS COSAS, PERO ESO NO...........
SINO, NO ES AMAR A NADIE, SI NO A SI MISMO.
HAY GENTE MUY EGOISTA POR EL MUNDO. LO QUIEREN TODO.
No creo que ellas sean felices así, simplemente lo aguantan.
hubiera matado al brujo por decir tantas tonterías !!!
ResponderEliminarLástima que casi todas las viejas leyendas tengan un tono machista.
ResponderEliminarNunca se sacrifican hombres...
Y de esos lodos llegaron estos barros.
Salu2
Hola María, como la vida mísma, pero con un relato muy entrañable.
ResponderEliminarBesos
el lio de Abi
Supongo que sólo es un cuento...como tantos. Pero en él se trata a las mujeres como a objetos, la que no conviene se deshace uno de ella, a la hoguera, aunque antes nos aprovechamos todo lo que pudimos de ambas. Y eso de que se queda con la que es vieja...la mayoría de los hombres de este tipo se iría con la que es joven. Eso sí, sin que opinen ni decidan las mujeres sólo el brujo y él.
ResponderEliminarNo me gusta nada.
El cuento nos habla de tradiciones antiquísimas,donde la mujer aún no tenía voz,ni voto...Sin embargo, era pura naturaleza,era animal salvaje o amor incondicional,labrado con paciencia y tiempo...Amor que ahora brilla por su ausencia.El guerrero,era machista, fiel a sus raíces y tradiciones,pero era humano, tremendamente humano y sabio. Y eligió la eternidad del amor,la que perdura y no muere.
ResponderEliminarMaría,mi felicitación por tu buen gusto al mostrarnos el cuento.Tu solidaridad y respeto con el autor.
Mi abrazo inmenso y mi ánimo siempre.
M.Jesús
Tampoco creo que la joven se mereciera ese final. En todo caso le deberían haber sacrificado a él, que es quien utilizaba para según qué cosas a la una o a la otra. En definitiva, las cosificaba.
ResponderEliminarKimpala era un perfecto cabrón desagradecido, seguro que pudo haber negociado y entregado a cambio de no matar a nadie, algo de valor, en fin algo, porque con buscarse otra joven ya estaba, lo dicho: un perfecto cabrón.
ResponderEliminarSalud y besitos
Yo coincido con NOELPLEBEYO , creo que el brujo deberia arder en llamas , porque no se sacrifican vidas. Besos desde el sur de Brasil !
ResponderEliminarLa fuerza de la pasión no es todo en la vida, con el paso de los años con Rumbayá sentía amor verdadero. No obstante la decisión de sacrificar a la otra no me parece un buen final.
ResponderEliminarDifícil tener que vivir en una tribu donde se hacen sacrificios, difícil es decidir sobre la vida de una persona. Pero lo cierto es que el amor verdadero, la ternura y la convicción, siempre triunfan. Es una pena que a costa de la vida de otra persona.
ResponderEliminarClaro que siendo el cuento una metáfora, se lleva mis aplausos.
Un besote, querida María.
El relato es muy bonito MARIETA,
ResponderEliminarpero yo no creo que tengan nada que ver la pasión y la ternura, con la edad. Sinceramente conozco gente joven, más fría que un témpano y por el contrario ancian@s tremendamente apasiona@s. Con la ternura ocurre lo mismo, puede haber tantísima ternura en una persona joven como dureza y amargura en una mayor y viceversa. Todo ellos va con la persona y con el tipo de relación que se tenga.
Pero en las leyendas y los cuentos, el tópico es uno de sus componentes, que no tiene por qué ser malo, sólo que no siempre es real.
Ambas cosas son esenciales para que seamos, al menos por momentos, felices. No se puede vivir, sin pasión, como tampoco se puede vivir, sin ternura.
Un besito tierno, MARIETA, el apasionado se lo dejo para quien sea que seguro tienes a tu lado:-)
Muaks, muaks y requetemuaksss :-)
Claaaro!! Que vivo, una mujer joven consigue en cualquier lado pero una vieja que lo aguante enfermo y enclenque... donde va a encontrar???? Lo hubieran entregado a él al brujo y se terminaba el problema de la elección!!!!
ResponderEliminarUn abrazote!!
Preciosooooo!!!.
ResponderEliminarUn relato lleno de puntos para meditar.
Creo que en mi forma de pensar, vencería la ternura.
Un abrazo.
( Estoy teniendo problemas de nuevo con blogger y a veces no me deja hacer...)
En fin!
Las reflexiones no son las mismas, surgen de los sentimientos íntimos de cada uno.Pero como historia podría trasladarse al tiempo actual. Nadie tiene que morir,sería repudiable y antinatural.La fidelidad en la pareja,matrimonio no es moneda tan corriente hoy en día. Pero sigue existiendo,aunque parezcan como dinosaurios.
ResponderEliminarPara mi es bello, que se pueda continuar por la vida,envejecer, con la persona amada,si se mantuvo encendida la llama de la convivencia, en la que cada uno ama, haciendo lo mejor para si mismo y para quien esta a su lado.Si no se da esa situación, cabe la separación, antes que la infidelidad.
Está en quien recibió el agravio,perdonar o no,dando otra oportunidad en caso de arrepentimiento sincero. No creo haya personas pacientes como Rumbay
á hoy día. Bien por Javier,al escribir el cuento, bien por ti,al presentarlo. Eres una permanente caja de sorpresas en tu espacio,que nos tira la lengua,o...la pluma,o...el mouse,jaja!!
Un saludo,con afecto.
María seguramente la vieja Rumbayá le dio muchas noches de pasión.
ResponderEliminarPor otro lado, todos los brujos, o grandes sacerdotes piden sacrificio a los demás, no conozco ningún caso en la historia de la humanidad, en los que ellos se arrojen al volcán.
El relato bello como siempre.
un abrazo
Julio
Un relato bello.Me gusta el final.Espero que no se queme mucho
ResponderEliminarEl tiempo y la ternura siempre vencen a la pasión Maria.
ResponderEliminarBonita y emotiva historia
Besos
Hola María
ResponderEliminarUn texto precioso para meditar y reflexionar.
La pasión es efímera, pero la ternura, el amor, son eternos.
Besitos
Qué historia más bonita, y con mucha enseñanza eh!
ResponderEliminarNos muestra los verdaderos valores. Pero... me da pena también la jovencita, joooo
Un besote María
No me gustan los cuentos que hay que escoger entre salvar a uno u otro. No se puede escoger, por lo menos yo me niego a tener que escoger, prefiero morirme a tener que condenar a uno.
ResponderEliminarAsí que me quedo con las dos, además soy un avaricioso y lo quiero todo ( mejor dicho a TODAS )
Besos a todas las mujeres que me lean ¡
No podía ser de otra forma, María.
ResponderEliminarLo auténtico, y fuerte, siempre trounfa.
Ha sido precioso volver, aunque sabemos que nunca me fuí.
Muchos besos amiga mía.
Ups! Ya veo que la sabiduría me esquiva porque yo hubiera sacrificado a la mas vieja (será que aun mis 28 años me hacen inmaduro). Hubiera llorado solo, y para desquitarme de la desgracia hubiera besado a la joven...
ResponderEliminarEn fin, no siempre se elige correctamente....
mi beso
El magnetista.
Lo mejor no perder nunca ni la ternura ni la pasión, da igual lo joven o anciana que seamos... y a la hoguera que se tire el brujo.
ResponderEliminarPreciosas las dos imágenes.
Un beso
noche
Un besazo saturnino ;)
ResponderEliminarTu si eres listo,jejeje.
Me ha encantado.
ResponderEliminarYo no pienso que entregara a la mujer joven para que la mayor lo cuidara, sino porque el amor que se atrenaza con los años no es comparable al provocado por el deseo y la pasión.
Los lazos atados durante mucho tiempo so difíciles de desatar.
Un abrazo
Es muy difícil encontrar el cariño vivido durante años.
ResponderEliminarPrecioso ejemplo que deja de manifiesto la diferencia entre amar y querer. Amar para sentirse pleno, querer para satisfacer las necesidades.
ResponderEliminarBesos
Preciosa historia María, la pasión es efímera, después queda el amor, el que se comparte hasta el final de los días.
ResponderEliminarUn beso guapa.
Que delicia de historia, de amor en toda su esencia..despues de la pasión queda la ternura..la vida pasada en contacto con el ser amado.
ResponderEliminarPrecioso Maria..muchos besitos.
Me acabo de dar cuenta que me llamo Kimpala.
ResponderEliminarbesotes
María
ResponderEliminarYo me hubiera revelado al brujo y me hubiera quedado con las dos, pues a ambas amaba por igual. Sin embargo, si es por dar una moraleja entre la pasión y el amor duradero, podríamos comprender el final de la historia.
Un abrazo.
Juan Antonio
Hola, María.
ResponderEliminarÚltimamente no he tenido mucho tiempo, pero iré poco a poco recuperando lo que escribiste estos días atrás. Interesante parece tu intención de las entrevistas.
En cuanto al cuento, yo intento situarme en el contexto socio-cultural del mismo, pero me siguen pareciendo una aberrantes costumbres. Está bien como metáfora de la vida, para distinguir entre amor y pasión. lo cierto que la pasión lleva al amor y viceversa. En el caso de Kimpala y Rumbayá, huiría con ellas si no pudiera cambiar la situación. Pero pienso en lo complicado que es llevar a dos mujeres juntas...eso no acabaría bien, jajajaja.
Un abrazo.
y por qué no que vayan unidas en una sóla persona?.... la pasión no hace falta demostrarla con movimientos de felina mientras se hace el amor.... hay muchas formas de mostrarse pasional..... un beso María...tierno.. claro.
ResponderEliminarUn relato lleno de ternura. Al fin, nos hace ver que lo que de verdad importa en esta vida es el amor. El amor de verdad.
ResponderEliminarBesos.
Ya lo había leido en su blog y hasta me reí con el comentario de TORO allí con el que estoy de acuerdo:
ResponderEliminarSeguro que el brujo sacrificó a una cabra por sustitución y se quedó con la joven.
Un beso, María.
Sabio era un rato el jefe Kimpala, aunque yo hubiera cambiado el género a los personajes, por eso de la igualdad y por sacudir nuestra visión del mundo, ja, ja.
ResponderEliminarUn saludo, Ibso.
No conocia este cuento. Buena narración.
ResponderEliminarBesos.
Un pequeño relato lleno de ternura e imaginación.
ResponderEliminarBesos.
Una preciosa historia llena de ternura donde al final gana el amor.
ResponderEliminarBesos.
Me quedo con una, cada momento a su tiempo...
ResponderEliminarUn abrazo!!
Hola, María querida, perdona mi demora en visitarte, pero estos días apenas tengo tiempo, porque las obras de mi nueva casa ya están tocando a su fin y me traen de cabeza. Y respecto a este bonito cuento que nos traes y que me ha encantado, la ternura venció sobre la pasión, aunque en la vida real no sé qué te diría yo, porque hay tantos hombres que cambian a su mujer por una más joven sólo porque esta última les ofrece un laberinto de sensaciones ya olvidadas...Hay para todo, yo creo. Un beso fuerte, mi querida niña!!
ResponderEliminarGenial la fábula.
ResponderEliminarLa moraleja llega por sí sola.
Kimpala era un verdadero sabio. A la hora de elegir, es decir de prescindir, abandono el sexo para quedarse con la ternura.
ResponderEliminarMuy bien narrada esta historia donde demuestras que sabes mucho de leyendas orientales.
Cariños
ALBINO
ResponderEliminarPerdona, pero quiero aclararte algo, yo no he escrito este cuento, al final del mismo, pongo el nombre del autor, yo no tengo ni idea de leyendas orientales, ¡más quisiera yo!
Un beso.
Gracias a TODOS por vuestras reflexiones sobre dicho relato, veo que cada uno tiene una visión distinta, por eso me gustan estos cuentos, porque cada uno lo ve según su mirada.
ResponderEliminarMi mirada es la de que prefirió sacrificar a la mujer joven que era la fuerza de la juventud y la pasión, y en cambio, conservó a la mujer de más edad que era la que le protegía y cuidaba.
Veo que nos hace reflexionar sobre que la pasión puede ser un juego de unos días que no eterna, y que en cambio, lo que permanece y que puede llegar a ser eterno es el amor maduro.
Aunque también, podría verlo desde otra mirada, que la pasión y la ternura no tienen por qué estar reñidas y pueden estar unidas entre sí, sin tener por qué elegir entre una y otra.
Muchas gracias a su autor, Javier, por regalarme este cuento y darme permiso para compartirlo en mi blog, y muchas gracias a todos por transmitir vuestros puntos de vista, ha sido un placer leeros.
Un beso.
Una gran historia con moraleja.
ResponderEliminarLa verdad es que creo que nuestro amigo no es del feliz. Ya que tenía en una mujer lo que no encontraba en la otra. Finalmente por cuestiones religiosas su mente se divide en dos ¿Seguirá siendo el mismo?
Perodna el despiste, Maria. Pero es tan bueno, que merecia ser tuyo
ResponderEliminarBesos
El dilema podría mimetizarse en cualquier otro sentido de la vida.
ResponderEliminarSi tienes dos hijos/as, ¿ de cuál de ellos te desprenderías si estuvieses cuando sucedió el hundimiento del Titanic ?
A veces hay que elegir. Y sobre todo, saber elegir.
En este caso, la elección debiera haber sido hacia sí mismo, es decir, hacia el propio Kimpala.
Ninguna de las dos mujeres se merecía el sacrificio.
Bastante sacrificio ya llevaban encima.
Saludos.
Pues yo si fuese la mayor, le hubiese dado dos portazos al brujo, uno por asesino, y otro por querer compartirme. Me hubiese buscado un brujo más joven que me hiciese vivir las pasiones que el brujo no compartía conmigo.
ResponderEliminarY para rematarle le daría una patada en sus partes nobles, por llamarme vieja con 46 años. Que se piensa este tio, que una mujer cuarentañera ya no tiene vida sexual? Y está solo para limpiarle los mocos y llevarle un vaso de leche caliente a la cama?
El brujo quiso recuperar las atenciones de su madre y transportarlas a su mujer..Eso no es ni amor, ni ternura, ni deseo, eso es puro egoismo.
Besote, guapísima.
(que nunca nos encontremos por el camino a un elemento como este)
Los años queman la juventud.Si tienes espiritu joven, puedes seguir actualizada mentalmente.El fisico es impepinable que se deteriora mas,si no lo mantienes activo.Hay personas que a pesar del tiempo están cuidadas y lustrosas.
ResponderEliminarSe dice que cuando uno debe elegir a alguien para que sea su pareja esta debe ser alguien que sepa conversar y tenga conocimientos para que dicha conversación sea amena, agradable y enriquecedora, ya que con el tiempo esto es lo único que queda.
ResponderEliminarEl fuego de la pasión desaparece y las curvas se deforman y arrugan, en cambio el conocimiento y la charla amena junto a una taza de té perdura hasta el final.
Sigo leyendo vuestras interesantes reflexiones sobre el cuento, y es que, cada uno lo ve desde su mirada, me gusta conocer vuestros puntos de vista, es un placer leeros, muchas gracias a todos.
ResponderEliminarUn beso.
Ay María, que bonita historia y al tiemo graciosa. Me alegra pasar por aquí sino me la perdería. Un baso y se feliz.
ResponderEliminarMARINA
ResponderEliminarGracias a ti por pasarte por aquí y dejar tu huella.
Un beso.
Yo no serviría para tener dos mujeres. Ni para jefe de tribu.
ResponderEliminarBesos.
Hay cuestiones que van más allá de la pasión, y eso es entenderse con una mirada, ser mitad y mitad para ser uno.
ResponderEliminarAbrazo!
JUANJO Y MANU
ResponderEliminarGracias por vuestras opiniones.
Un beso.
Preciosa historia y muy claro amor y pasion. El amor real fue quien gano, es normal. un besazo. Gracias por tu visita
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